Parece que lo vivido este año en el Mundial de MotoGP no ha hecho abrir los ojos a los responsables de garantizar que el espectáculo sea el de siempre. Vaya, el que teníamos con las 500, sin ir más lejos, o con las primeras MotoGP. Pero llegó la electrónica y el control de tracción, y de esas carreras de correr con el cuchillo entre los dientes y con los codos bien abiertos, ya sólo tenemos 2 o 3 al año.
Y esto va a más. La solución que se ha pensado para evitar las ventajas que tienen unas motos sobre las otras es, como ya va a suceder en 2008 en la Fórmula 1, que todas monten una centralita electrónica standard. Una única ECU que regule las ayudas a la conducción. ¿Para qué? Si tenemos claro que el problema del espectáculo es la electrónica, ¿por qué no la eliminamos de la ecuación y listos? Como antes, que el control de tracción vuelva a ser la muñeca del piloto.Carmelo Ezpeleta ha asegurado que “lo ideal sería disponer de una ECU idéntica para todos, pero los fabricantes no están de acuerdo. Pero necesitamos una idea. Lo discutiremos con los pilotos, los técnicos y con todo al que le concierna”
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